HOUSTON (AP) — Un tribunal de apelaciones se negó el domingo a permitir que el gobierno del presidente Donald Trump reanude las detenciones de niños migrantes en habitaciones de hotel antes de expulsarlos del país bajo las reglas adoptadas durante la pandemia de coronavirus.
Tres jueces del Tribunal Federal de Apelaciones del 9no Circuito dejaron en vigor una orden de la corte que requiere que el gobierno de Estados Unidos deje de utilizar hoteles para detener a niños migrantes que viajaron sin compañía de un adulto. Los jueces rechazaron la solicitud del gobierno estadounidense para suspender esa orden.
Desde marzo, los agentes fronterizos han colocado a por lo menos 577 menores de edad que viajaron solos en habitaciones de hotel para después expulsarlos del país sin darles la oportunidad de solicitar asilo u otras protecciones de inmigración. El gobierno de Trump alega que tiene que expulsar a la mayoría de la gente que cruza la frontera por preocupaciones de salud pública. Los defensores de inmigrantes acusaron al gobierno de utilizar al coronavirus como pretexto para restringir la inmigración.
“Es un triste hecho que se necesitó que los tribunales se involucraran nuevamente para garantizar la seguridad básica de los niños”, dijo Leecia Welch, abogada para el National Center for Youth Law (Centro Nacional de Derecho Juvenil).
Los jueces del tribunal de apelaciones fueron sumamente críticos del gobierno durante los alegatos orales, cuestionando la razón por la que no le dieron acceso a abogados a los niños detenidos en hoteles y por la que el gobierno no utilizaba los albergues juveniles existentes que tienen miles de camas vacías. Esos albergues ofrecen servicios legales tal como lo requiere un añejo acuerdo judicial conocido como el acuerdo Flores.
Una portavoz del Departamento de Justicia no respondió de manera inmediata a una solicitud de comentarios el domingo.
Scott Stewart, abogado del Departamento de Justicia, alegó que el acuerdo Flores no aplica a los niños detenidos en hoteles antes de su expulsión.
“A veces, ya sabes, dejar que la gente tenga abogados aunque no estés obligado a ello podría ser una buena idea”, dijo el juez William A. Fletcher, quien fue designado por el expresidente Bill Clinton. Fletcher añadió que era “un argumento que puede estar a punto de perder en cuanto a si aplica o no el acuerdo Flores”.
Stewart señaló que la política del gobierno de expulsar a los niños migrantes que viajaron sin compañía de un adulto era parte de un “enfoque integral y sistemático” para combatir al coronavirus.
“La idea es rechazar tan pronto como sea posible, en la frontera, los posibles vectores de infección”, comentó y añadió que una variedad de factores provocaron que algunos niños estuvieran detenidos durante semanas.
La orden emitida el 4 de septiembre por la jueza Dolly Gee estipula que el uso de hoteles como espacios de detención violaba “protecciones humanitarias fundamentales” y dijo que el gobierno de Trump no había demostrado que utilizar hoteles evitaría la propagación del COVID-19.
Bajo el acuerdo Flores y la ley federal contra la trata de personas, la mayoría de los niños migrantes que cruzan la frontera sin compañía de un adulto, con o sin autorización, deben ser trasladados a albergues del gobierno.
El gobierno de Trump ha dejado de lado esa práctica durante la pandemia. En cambio, ha contratado a contratistas para colocar a los niños y a las familias en habitaciones de hotel hasta que puedan ser expulsados. Los abogados que trabajan con niños migrantes han dicho que a menudo no saben quién está detenido y en dónde.
“El problema es que estamos viendo que los niños retenidos durante mucho más tiempo que unos cuantos días, en algunos casos hasta un mes, en un hotel”, dijo Carlos Holguin, abogado del Center for Human Rights and Constitutional Law, que se opuso a la postura del Departamento de Justicia.
En total, Estados Unidos ha expulsado a por lo menos 147.000 personas desde marzo, incluidos 8.800 niños que viajaron sin compañía de un adulto, de acuerdo con cifras del gobierno presentadas a la corte en septiembre. La mayoría no son detenidos en hoteles. Muchas de esas personas han sido enviados de regreso en la frontera entre México y Estados Unidos. Otros, incluidos menores solos, son detenidos durante días o semanas en instalaciones de la Patrulla Fronteriza que no están equipadas para detenciones a largo plazo para que después sean deportados del país.