Cuando el vuelo de Meng Wanzhou aterrizó en Vancouver el 1 de diciembre de 2018, Meng esperaba que fuera solo una breve escala.
Pero casi dos años después, la directora financiera de Huawei e hija del fundador del gigante de las telecomunicaciones chino parece que seguirá con su prolongada estadía, lo que tensa las relaciones de China con Canadá y Estados Unidos.
La próxima ronda de audiencias en una larga batalla legal por su extradición a Estados Unidos comenzó este lunes.
Los involucrados dicen que todo el proceso podría prolongarse hasta una década, dejando a Canadá atrapado en la creciente tensión entre Washington y Pekín alrededor de una de las empresas más destacadas del país asiático.
Y en el centro de esta historia hay una presentación corporativa de Power Point de 16 páginas.
Escala en Vancouver y arresto
Cuando aterrizó su avión proveniente de Hong Kong, Meng Wanzhou planeaba ir a la casa que tiene en la ciudad canadiense para recoger algo de equipaje antes de tomar otro vuelo a México para una reunión corporativa.
Pero, en cambio, fue interrogada por agentes de seguridad fronteriza canadiense durante tres horas mientras le incautaban el teléfono y registraban el equipaje.
Cuando terminó, se admitió oficialmente su ingreso a Canadá.
Pero allí intervino la Policía Real Montada de Canadá y la arrestó en respuesta a una solicitud de extradición presentada por Estados Unidos.
EE.UU. quiere que Meng sea juzgada por cargos que incluyen fraude relacionado con la presunta violación de las sanciones de Estados Unidos contra Irán, acusaciones que ella niega.
Un Power Point en el centro del caso
Existe una presentación de Power Point que se considera una prueba clave en su contra.
Meng la utilizó en una reunión con el banco HSBC el 22 de agosto de 2013. Ésta se centraba en la relación de Huawei con Skycom Tech Co, una firma con sede en Hong Kong que trabajó con Huawei en Irán, recogió el diario hongkonés The South China Morning Post.
Diversas informaciones publicadas por la agencia Reuters en los anteriores meses generaron dudas sobre una posible violación de las sanciones comerciales de EE.UU. y la Unión Europea sobre Irán por parte de Skycom.
La cuestión es si Skycom, un vendedor de equipos de telecomunicaciones, era simplemente un socio comercial de Huawei, o una fachada para ocultar sus actividades en Irán.
Estados Unidos alega que en la reunión, la de la presentación de Power Point, Meng engañó a HSBC sobre la verdadera naturaleza de la relación de Huawei con Skycom y esto, a su vez, puso al banco en riesgo de violar las sanciones contra Irán.
Sus abogados aseguran que EE.UU. engañó al tribunal, en particular sobre el Power Point, al omitir información clave en dos diapositivas que mostraban que en realidad a HSBC, dicen, no se le estaba ocultando la verdadera naturaleza de la relación entre Skycom y Huawei.
Disputa legal
Las audiencias de extradición están en curso y los abogados de Meng lanzaron un ataque por múltiples frentes contra la propia solicitud de extradición de Estados Unidos.
Un intento anterior de afirmar que el delito por el que se le acusa en Estados Unidos no es un delito en Canadá fracasó (aunque aún puede ser apelado).
Otro desafío se centra en las cuestiones políticas en torno al caso.
Sus abogados afirman que los comentarios del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que indicaron la voluntad de utilizar el caso como moneda de cambio en las negociaciones comerciales con China, constituyen un abuso del proceso.
La defensa de Meng también alude al tratamiento que se le dio a la empresaria en el aeropuerto de Vancouver. Sus abogados argumentan que hubo un abuso del proceso en la forma en que fue tratada.
El equipo legal de Meng está luchando para que se divulguen ciertos documentos, incluidos los del Servicio de Inteligencia de Seguridad de Canadá y buscan descubrir qué papel podrían haber desempeñado los funcionarios estadounidenses en su arresto en ese momento.
Un juez ya ha rechazado la solicitud de algunos documentos, una decisión que a su vez podría ser apelada.
El resultado de todo esto es un proceso legal que mantendrá ocupados a los abogados, pero es poco probable que avance rápidamente.
Los abogados de Meng buscan ganar y llevarla de regreso a China lo antes posible. Pero si eso no es probable y sufren una serie de derrotas, podrían pasar a la fase de evitar que la envíen a Estados Unidos, lo que implicaría prolongar el proceso legal.
Con tantos aspectos diferentes para un caso que ya es muy inusual, y la posibilidad de apelaciones, la estimación de algunas fuentes cercanas al caso es que esto podría llevar al menos cinco años, y hasta 10.
Repercusiones geopolíticas
Mientras se desarrolla el proceso legal, el impacto del caso se ha extendido.
El arresto de una figura empresarial de tan alto perfil provocó la ira de China, y este mes el embajador del país consideró que EE.UU. había convertido a Canadá en “cómplice”, cuando Washington llevó a cabo un “acto bárbaro de intimidación”.
Al mismo tiempo, HSBC ha sido puesto en una posición difícil, con los medios chinos cuestionando hasta qué punto el banco cooperó con EE.UU. en la construcción de un caso que describen como una trampa impulsada políticamente.
El banco, ya atrapado entre Occidente y China por su postura sobre Hong Kong, defiende que solo hizo lo que estaba legalmente obligado a hacer y que no hubo trampa.
El caso también plantea preguntas más amplias sobre qué países podrían arrestar a ejecutivos de empresas si recibieran peticiones de Estados Unidos.
Eso puede preocupar a los ejecutivos de Huawei y limitar sus viajes, y también preocupar a los gobiernos que pueden verse atrapados entre Estados Unidos y China.
Además, ha generado preocupación de que los empresarios occidentales y otros viajeros puedan ser detenidos por China para ser utilizados como moneda de cambio.
Dos canadienses fueron arrestados días después de la detención de Meng: Michael Kovrig, un exdiplomático, y Michael Spavor, un empresario. Ambos fueron acusados de espionaje.
China ha negado cualquier vínculo con el caso, pero la detención de ambos fue ampliamente interpretada como una respuesta directa al arresto de Meng.
Este mes, un grupo de exdiplomáticos canadienses pidió al primer ministro Justin Trudeau que negociara un intercambio de Meng por los dos hombres.
Trudeau criticó en el pasado el uso de “la detención arbitraria como una herramienta para lograr objetivos políticos” y dijo que frenar la extradición de Meng podría poner en riesgo a más canadienses.
Canadá se muestra cauteloso para no ser visto como un país empujado a anular un proceso legal, y también es consciente de que ello podría desatar la ira del gobierno de Trump, que ha adquirido una línea más dura con China.
En este momento, parece poco probable que Washington abandone su caso, ya que ha abierto múltiples frentes contra Huawei, en concreto, y contra China, en general.
Es posible que la dinámica política cambie con el tiempo, incluso después de las elecciones presidenciales estadounidenses de noviembre.
Pero, por el momento, la estadía de Meng en Canadá no muestra signos de terminar, ni de volverse menos controvertida.