El último récord de casos diarios se había alcanzado este jueves, con 90,456 nuevas infecciones, una cifra confirmada solo pocas horas después de que Estados Unidos registrara los 9 millones de casos ena nivel nacional. Un día antes, el miércoles, el país también había roto el récord de infecciones diarias cuando registró 80,662 nuevas infecciones.
A menos de la mitad de una semana del día de elecciones, las desalentadoras cifras, que están ascendiendo en más de la mitad de los estados, contrastan fuertemente con la repetida afirmación de campaña del presidente, Donald Trump, de que el país está ganando la guerra contra la pandemia.
“Un fiasco estadounidense”
Las infecciones por COVID-19 han aumentado en los Estados Unidos al ritmo más rápido desde el inicio de la pandemia en marzo, y durante la noche más de 30 estados informaron haber registrado más de 1,000 casos nuevos.
El país lidera el mundo en el número de casos y muertes por coronavirus, con casi 230, 000 fallecidos, según datos de la Universidad John Hopkins.
“El virus es un flagelo a nivel mundial, pero ha sido un fiasco estadounidense que ha matado a más personas en Estados Unidos que en cualquier otro país”, dijo el viernes el subcomité de la Cámara de Representantes sobre la crisis sanitaria en un duro informe que criticó la respuesta de la Administración Trump a la pandemia como “uno de los peores fracasos de liderazgo en la historia de Estados Unidos”.
Trump, quien recientemente fue hospitalizado tras contraer la enfermedad, ha seguido llevando a cabo sus multitudinarios mítines de campaña durante lo más duro de la pandemia, con poco uso de mascarillas o distanciamiento social.
Mientras está lista una vacuna
El presidente ha sido señalado con frecuencia de sembrar desinformación sobre el coronavirus y politizar el uso de mascarillas al negarse, hasta hace poco, a usar una en público.
El doctor Anthony Fauci, el principal experto en enfermedades infecciosas del país y objeto frecuente de ataques por parte del presidente, dijo que parte de la razón por la que algunos estadounidenses se resisten a usar mascarillas o practicar el distanciamiento social es “ese sentimiento de independencia y no querer que la autoridad les diga qué hacer”.
En ausencia de una vacuna, dijo Fauci en una entrevista de radio, eso es todo lo que podemos hacer.
Fauci agregó que las mascarillas y el distanciamiento “no son perfectos, no son el 100%, pero sin duda funcionan”.
La Organización Mundial de la Salud ha aconsejado a los gobiernos que mantengan las tasas de positividad a las pruebas de COVID-19 en un 5% o menos durante 14 días antes de reabrir sus economías.
Pero 35 estados, incluidos algunos de los campos de batalla clave donde el presidente y su contrincante demócrata Joe Biden se disputan los votos, registraron tasas de infección peligrosamente altas este viernes.
En concreto, en 13 estados considerados competitivos por el sitio de análisis Cook Political Report (entre ellos Ohio, Georgia, Dakota del Norte y Dakota del Sur y Wisconsin), el promedio semanal de nuevos casos reportados a diario aumentó un 45% en las últimas dos semanas. El salto fue de menos de 21,000 el 14 de octubre a más de 30,000 el 28 de octubre, según reportó el diario The Washington Post.
A nivel nacional, el presidente, Donald Trump, no logra la aprobación popular de su manejo del brote de coronavirus: desde finales de mayo, cada vez más estadounidenses desaprueban sus medidas, según encuestas.